LA ESTAFA DEL PSICOANÁLISIS
Les doy
una muestra (sólo una): ya es sabido que el mundo encierra trampas, que es como
un campo minado de fatalismos y que la sociedad en general es mala, sucia,
mezquina y cabrona. Si uno pone cara de concentrado crea el clima propicio de silencio y dices:
"¡Ten cuidado! ¡Alguien muy allegado a ti quiere hacerte mucho
daño!". ¿Qué mina no ha tenido una íntima amiga, una cuñada o una suegra que
intenten joderte la
vida, de igual manera que ¿Quién no ha tenido un desengaño o decepción amorosa o
de amistad reciente? si vivimos amando y desamando como hace y deshace nudos
el marinero...
Todos
estos temas de la psiquis, los horóscopos, pitonisas y curanderas enloquecen en mayor medida a
las mujeres y aquí viene lo lamentable, que es terminar luego en el diván del
psicoanalista. Los psicólogos consiguen que un tipo normal y corriente se crea
una persona conflictuada. Sólo hacen las mismas preguntas que no se anima a
hacerte tu marido: "Si hay otro en tu vida" o "si hay otra" ...y
encima les pagas.
Hace unos años atrás, antes de venirme a vivir a Barcelona,
me pasó una crisis con metástasis existencial; una vecina me aconsejó por qué
no iba al psicólogo. Menos mal que mi sentido común me advirtió que es uno
mismo y no otro quien debe resolver sus cuitas. Además, con esta sociedad
consumista ¿quién no tiene problemas? ¡Cómo no estar rayado! Que si las
penurias económicas, el marido machista, padres castradores, enajenación por
estar podrido de tu trabajo, celos provocados por la amante, acumulación de
tensiones, histeria, irritabilidad, etc. etc. Total, ¿¡Cuánta gente se
convierte en carne de psicoanalistas!?
No nos
damos cuenta que la vida misma es una red de sugestiones. La sugestión útil del
maestro sobre el alumno o la sugestión perniciosa de un mal amigo. ¡Y qué
difícil sustraerse a todo!, más considerando que todos los hombres somos
simuladores para adaptarnos al medio ambiente en que vivimos. Y la sugestión
morbosa e interesada de muchos titulados psicoanalistas, de tendencia
oscurantista, restrictiva y embaucadora que prolifera en todo el mundo, nos
hace creer que estamos enfermos y solamente ellos pueden curarnos. Y así te
convencen hasta la obsesión de que tú solo no puedes resolver las dificultades.
Según Vicente "Capote" de la Mata, los psicólogos son tan duales, tan ruines... Siendo
jugador de Independiente, padeció un bajón deportivo, por lo cual acudió a uno
de ellos; “La ansiedad es generada por la depresión, pero la depresión -le dijo
en otra visita, con aumento del precio de la consulta- es generada por la
ansiedad”.
Si a un hombre no se le pone bien dura, le dirá que padece
“disfunción eréctil”, que puede tener su causa en factores exógenos (impericia
amatoria de la mujer, por ejemplo) o endógenos (inseguridad, agotamiento...). A
la que padece de furor uterino le diagnostican hiperactividad sexual. Llámese
como se llame son el colmo de las guarrradas. Y
hasta te sacan un tercer factor, el psicosomático o problema de causa
idiopática. Con lo cual, el individuo ya no sabe si el trastorno anida en la
cabeza de arriba o la de abajo. Y si una mujer es frígida, que sufre de
“anorgasmia”, ante lo que expondrá los mismos argumentos que al hombre; ella no
sabrá si es por la grieta de arriba o la de abajo que sufre el problema. Al
final, descubres que más que psicólogos la van de gratificantes sexólogos y si
son un poco pícaros, te culean hasta
la suegra, pues el pícaro es una creación argentina de sujeto deleznablemente
lúcido para sacar ventajas con los procedimientos más inescruplosos. La
proliferación de los psicoanalistas es directamente proporcional a la cantidad
de ignorantes (osea, crédulos) y pelotudos. Tan pelotudos que ante dos diagnósticos diferentes,
el psicólogo más caro será el que de en
la tecla, creen los presuntos traumados. Ejemplo de psicólogo “prestigioso” y
caro es el español Rojas Marco, residente en Nueva York, quien aseveró que la
depresión se produce por carencia de autoestima, lo cual lleva al alcohol y
éste a su vez provoca la depresión y la falta de autoestima; ¡caradura de mierda!
Si está hablando exactamente de lo mismo... poniendo la causa en el norte, en
el sur o donde se le canta las pelotas... Trasladado a otro terreno, el gordo
Gil y Gil necesitó de un vasto espectro
de "giles" para
robar tan bien como lo hizo.
En las sesiones del sofá uno habla con un
desconocido que te recuerda tus traumas infantiles y se transforma en algo así
como la voz del espíritu. Sus palabras van y vienen con túnicas de silencio, en
tanto vamos dando en nuestro interior forma, color y vida a la voz del
doctor, que es como la voz de Dios, audible en el aislamiento y se
convierten en una droga, una psicodependencia, una necesidad impostergable.
Son
seres intagibles e igual que los políticos logran fascinar más por el tono
que por el contenido de lo que dicen. Eso sí: hablan bien, pero no curan. Cada
pregunta formulada me hace acordar al loco de la colina, un viaje alucinante al
fondo de la mente. Ponen ojos de búho que se clavan en tus debilidades,
escarban en tus sesos, tus porquerías, tus lágrimas, tus miedos y angustias,
buscando la carroña de tu personalidad, generalmente sin mirarte a los ojos. Y
la relación es desigual; es como uno que está borracho y larga todo lo que
tiene dentro frente a otro que está fresco, o como uno que está desnudo frente
a otro pulcramente vestido, que ausculta tus defectos. Se meten en tus
recovecos, invaden tus pliegues íntimos. Saben todo de ti; tú, nada de ellos
(si es casado, viudo, juntado). Esconden su vida privada; tú se la das toda. No
sabes ni el color del esmalte de sus dientes, pues sonríen poco. Son
enigmáticos e imperturbables. Lo que sí es seguro, fuman. ¿Nunca se
habrán preguntado sus pacientes como es que fuman tanto? ¿Qué trauma tendrán?
El
psicoanálisis sobrevino como una industria de la mente ajena, lo mismo que los
curanderos, el Día de la Madre, el Día de la Secretaria (que se inventaron,
seguro, los joyeros para que el patrón de la empresa le regale joyas a su
secretaria-amante) y la frase “La función debe continuar” de los artistas que
sufren la pérdida de un ser querido (seguro la inventó un lúcido empresario
teatral). Cuando murió el padre de Narciso Ibáñéz Menta, este actuó y fue muy
criticado. Al finalizar la obra rubricó su sentido homenaje con estas palabras:
“ Señoras y señores, el espectáculo siempre es para ustedes. Esta noche no fue
así, mi padre murió hoy, fue para él. Les pido que no aplaudan y me concedan
este minuto de silencio, por él”. Pero mi opinión en caso de que se muera un ser supremo para mi, como en su caso, me voy rápido a besar a mi mamá y a la función: ¡A tomar por culo!.
Y cuidado que estos psicoanalistas charlatanes e
inescrupulosos no tienen nada que ver con Sigmund Freud. Si Freud asistiese a
la interpretación que se está dando a su técnica de análisis de la
personalidad, seguramente entraría en ira neurótica, puesto que él estimaba que
la técnica no podía realizarla cualquier psiquiatra, que esto dependía de la
personalidad de quien la realizara. Habrás notado que me refiero a la técnica y
no a una ciencia. Y esto es así ya que el psicoanálisis carece de método
científico, no tiene rigor, seriedad científica ni comprobación de resultados.
¿Cómo se puede comprobar o convencer científicamente que un recién nacido
cuando mama del pecho de su madre lo hace para satisfacerse sexualmente y no
por instinto de conservación, cual es el de alimentarse? ¿Un trauma es una teta
o una teta es un trauma?, me pregunto yo... Es más, cuando Freud recibía psiquiatras en Viena que
querían seguir su escuela (y los había famosos) los entrevistaba y a veces les
decía: "Dedíquese a otra cosa, ¡usted es un charlatán!".
Argentina es después de Estados Unidos uno de los
países con mayor número de psicoanalistas y, por ende, de psicóticos, teniendo
en cuenta los millones de recetas de Lexotanil
y Valium que se expenden por año. Es
que en nuestro país hay buena base, se da mucho el ejercicio de la tertulia. De
ahí se explica el auge de periodistas, videntes, escuelas de teatro y
psicoanalistas, cuyo blanco preferido es la histeria de las mujeres de clase
media de cierto nivel cultural y marido machista. Hay muchos que viven al pedo. Les hacen creer que el marido es el demonio que
encarna la represión. ¿Qué les diría un psicoanalista?: Que todos los problemas
vienen por no soñar o soñar mal... De no ser así, que todo el mal se debe a
alguna represión, y así te comenzará el tratamiento: si sos varón, te hará
sesiones de terapia grupal. Ahora, si son mujeres de 90-60-90, la terapia será
individual, para lograr su "liberación" y eliminar los tabúes que las tienen
reprimidas. Eso sí, deberán tener cuidado, ya que si no las curan tendrán que
buscar otro psicólogo que les quite el trauma que les quedó del primero, por
ser madre de familia numerosa. Es que ellos saben que, a veces, sobre todo con
una chiflada de 90-60-90, hablar no es comunicarse, se puede comunicar
callando... como en el amor. Y lo más probable es que esta "paciente" tendrá que seguir sesiones
para el resto de su vida, en las que le
“enseñaran” a convivir con su problema de “disfunción mental”, y cuidado que
no suspenda los ciclos de tratamiento por la amenaza de “rebrotes”. Son las
enfermas más cumplidoras: una vez cogidas dejan ser enfermas para ser
pacientes, que se "cogen" de tanto en tanto.
En ginecología, se han inventado lo de “depresión psicógena” o vulgarmente conocida como "depresión post parto", luego de la maratón del parto, lo cual implica gimnasio, dinero y desatender las tareas de la casa o de su profesión, que ya de por sí es el ejercicio más eficaz desde hace siglos o de cuando las madres tenían de 10 a 15 hijos y nunca se les oyó quejarse de tener algo como "depresión psicógena".
En ginecología, se han inventado lo de “depresión psicógena” o vulgarmente conocida como "depresión post parto", luego de la maratón del parto, lo cual implica gimnasio, dinero y desatender las tareas de la casa o de su profesión, que ya de por sí es el ejercicio más eficaz desde hace siglos o de cuando las madres tenían de 10 a 15 hijos y nunca se les oyó quejarse de tener algo como "depresión psicógena".
Que daño que siguen haciendo los psicoanalistas... Por ejemplo, Van Gogh, en lugar
de pintar "Los Girasoles", hubiese seguido de minero. A Chaplin seguro no le
hubiese salido ni una pirueta, ni un gesto, no habría mimos. Ese griego loco,
alucinado y megalómano que fue Onassis, habría fabricado sólo barquitos de
papel. Y Napoleón jugado únicamente con soldaditos de plomo. El
psicoanálisis hubiera terminado con Salvador Dalí, delirantemente loco, ni
Colón habría tenido la osadía de cruzar el Charco en una cáscara de nuez. Quién
le hubiese puesto la cara y las pestañas a una fiera como Paul Fuyi, salvo un
loco como Nicolino Loche.
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(Salgamos a volar querida mía...) |
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(...y vamos a volar por las cornisas, con una golondrina en el motor) |
Es más, por la falta de locos hay dos cosas que están
funcionando mal: las democracias y los wines
derechos, que muchos habilidosos wines
derechos han sido locos, hasta por su misma posición en el campo, de extremo; ¿y
qué es un extremo sino un marginal?, un reo que sobrevive en el confín del
desarrollo del juego gracias a su osadía de solitario, la rareza de su
instinto. Corbatta, Housseman, Garrincha que tenía la columna hecha una “S”,
cojo, poliomielítico, piernas torcidas, arrastraba a todos los defensores a una
cita endemoniada donde como por arte de magia blanca en una piel negra, sólo
con amagues, le desabrochaba los cordones de los botines al que le tocaba el
papel de otario frente al malandrín, que era él... Todos locos y encima curdas
y cirróticos. Discépolo jamás hubiera escrito Cambalache, lo hubieran tratado
como un maníaco-depresivo. Y el loco Willington en manos de ellos hubiese
terminado empleado de ferrocarril. Ellos, contrariando las reglas de la
cordura, le dieron al mundo su libre albedrío. La locura es el origen de las
hazañas de todos los héroes. ¿Y acaso no es genial mi amigo mío, Avelino
Guiraldes, con su doble personalidad? Por la mañana, señorito pundonoroso,
caballero intachable, y por la noche, se transforma en Avelvino: ¡zafio, impresentable, indecoroso, ineducado e “in-out” y
todos los “in” que quieras! Cada vez está peor. Él, tan popular en el casco
céntrico de Córdoba, comenzó a ser mal mirado por la mucha gente que le
conocía: ¡podía haber puesto una óptica en vez del restaurante La posta de Avelino. Rescatando a
Eugenio, un día le comentó a su novia psicóloga, su crisis de identidad, y ésta
le preguntó qué le pasaba; "Es que me parece nena que tengo doble
personalidad". Ella le contestó: "¡Ah!, pues pasa y hablemos los
cuatro". Y el ex-vicepresidente español Alfonso Guerra, estrambótico
loco de satírica verborragia, ¡las elecciones que le hizo ganar al PSOE! En
Argentina, el “Martín Fierro” del 96
a la mejor audición de radio se lo concedieron a la
emisora conocida como L.T.22 Radio “La Colifata”, único espacio de radio del mundo que
se transmite desde un manicomio, totalmente realizado por los internos “colifatos”
(imposible mayor coherencia). Simbólicamente, el galardón es un poco de todos
también, porque el mundo está loco, pero desgraciadamente, a día de hoy, se han sumado los locos peligrosos, los políticos, los banqueros, etc. Por eso creo que los locos peligrosos, los
perversos, están en otras esferas; son los que mandan en el mundo. Tal vez
nadie les conoce. Ellos sí causan los transtornos verdaderos, los traumas de la
guerra y el hambre.
Menos mal que, gracias a que no fueron
"cazados" por los psicoanalistas, el mundo sigue lleno de locos geniales:
creadores, improvisadores, chiflados, locos tiernos, locos buenos, locos
sinceros; "Loco, pero tuyo, que sé yo", como dice Goyeneche. Locos
que dieron al mundo luz y color. Si hubiesen caído en sus manos, quizá se
habrían convertido en vulgares y opacas personas.
Si tenéis amigas o familiares femeninas,
aconséjarles que no vayan más por las tardes a acostarse en el diván
de los "asesinos y manipuladores de los locos geniales". Decirles que casi todos los
matrimonios son sosos, que le espere contenta esta noche, que sea feliz con su
problema de sartén y la olla (que los tiempos no están para tonterías); que en
el baño esperan los pañales de su bebé y que no debe haber perfume más hermoso
que el de los pañales de su bebé. Que recuerde que ellos, los psicólogos,
pueden pegar un tiro a los pajaritos que todos tenemos en la cabeza... y que con
el dolor, la tristeza y las frustraciones de los introvertidos y solitarios se
crecen los poetas. Que le espere contenta y que recuerde que su marido le dijo
una vez allá en el pueblo hace muchos años algo que el psicoanalista no le dijo
nunca, ni le dirá: que tenía olor a pasto fresco en el pelo.
Y si se trata de un amigo con "problemas psíquicos" se le lleva a la mesa
de un bar, pues no se ha descubierto mejor suero de la verdad que una botella
de tinto. Compartiendo una, se pueden descubrir los más intrincados y complejos
problemas y darles solución. Es cuestión de saber escuchar y comprender. Y, sobre todo de amar e
intentar agregarle vida a los años y no años a la vida. Y no esperar mucho de
ella, nunca "encantarse" para no sufrir después "desencantos".
No sé
quien afirmó que la felicidad es el sueño de los idiotas o sólo buscar la
tranquilidad... Y si no se tiene ninguna de las dos, reemplazarla con dinero,
pues éste en "ciertos individuos" no sólo les hace la felicidad sino
la calidad de la misma. ¡Y de última que se inventen un arroz con bogavante o una milanesa con puré de papas, como
nosotros! Para terminar: nadie mejor que uno mismo sabe dónde está la causa de
sus males; nadie te puede explicar lo que pasa por nuestra cabecita. En lo
personal, desde hace 76 años visito al psicoanalista: yo mismo. Y sé a ciencia
cierta que tuve dos etapas: primero, toro de lidia; luego, semental (más mental
que semen), intentando no demostrar ser un sentimental. Con cualquier mina, en
el acto y en el “acto”, me surgen 76 motivos para amar, uno por cada año de mi
edad.
Pero más repudiables aún son los psiquiatras. Pueden ser
corresponsables de homicidio por impericia crítica o imprudencia en el
diagnóstico del estado mental de un preso; aconsejando su libertad pues consideraron
que está "recuperado" o en condiciones de reinserción en la sociedad.
Fueron muchísimas las reincidencias: secuestro, violación, muerte con
premeditación y alevosía, con lo cual queda probada su inutilidad como
terapeutas de la mente. Así, el juez ordena la libertad, pero ellos previamente
la certifican "científicamente", de manera que los jueces no son
“dueños” de sus juicios y los criminales no responden de sus actos (son
“enajenados” por culpa de los psiquiatras) y no veo porqué casi siempre un asesino
tiene que estar LOCO, esquizofrénico o paranoico, esquizoide o paranoide
(derivaciones descafeinadas de las dos primeras), fronteras imprecisas de
aproximación o grados de patologías mentales imposibles de determinar con rigor
absoluto o certeza plena, es ASESINO y punto. El psicópata es el único que sabe
a la perfección cómo, cuándo y dónde va a matar; seduce y engaña al psiquiatra
con la “sustancia psíquica” sólo inherente a ellos. Hay una cosa segura, el
temor del ciudadano de a pie. Según el escritor Norman Mailer, en la psicología
existen dos temas que los psicoanalistas y los psiquiatras nunca saben
interpretar bien, uno es la psicopatía del criminal irresponsable, y el otro el
narcisismo, aclarando que casi todos somos narcisistas.
El humorista Gila
cuenta de una anciana, a quien enviaron al psicoanalista, harta ya de las
sesiones le dijo un día: "Así que en cuanto se le cure la gripe al párroco
de mi pueblo, no vuelvo más por aquí". Yo nunca creí que el mundo de la iglesia fuese tan malo, no todos son pedófilos, ni pederastas, ni degenerados... Así pues, muchas veces ha sido de mejor ayuda un pastor de barrio o parroco, que un político mentiroso que besa a los niños para ganar votos antes de las elecciones.
Un consejo os doy:
- No os preocupéis de vuestras locuras y disfrutad más de lo que es la vida, a la sombra de un árbol o tostándote en el Caribe.
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