martes, 31 de mayo de 2016

OTRA VERGÜENZA DE OBRA PÚBLICA


En la ciudad de Córdoba, a pocos metros del consulado español, se encuentra el más grande mingitorio del mundo, la Plaza España: un monumento al portland, lapidario mensaje de perfiles cúbicos y rectangulares de cemento desperdiciado para sacrílegas meadas, que niegan la brisa fresca que viene del parque Sarmiento, circular y asfixiante necrópolis de la hispanidad. 

Semejante rocosidad es correlativa al nombre del autor de dicha plaza, apellidado Roca, que demuestra cómo un urbanista urbanicida puede convertir en un pedernal lo que antes fue una plaza preciosa, de fragantes rosas y coquetos claveles, que al menos son vivas criaturas de la naturaleza. Piedras de excluyente rigor mineral que abortan la esplendidez del paisaje, cuerpos de choque en mastodóntica ordenación de volúmenes, que neutralizan el oxígeno venido del monumento del Dante Aligheri. Malo... porqué nuestro futuro no es rural, sino urbano. Las piedras han sido el sello cultural de los egipcios, griegos y romanos, y los palestinos las tiran para expresar sus reivindicaciones. Pero que las amontonen sin más... 
 









Lo que yo presagié, en los años ochenta, con su lamentable desenlace, aquí lo pueden certificar en el documento de La Voz del interior (http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/la-municipalidad-pedira-la-provincia-que-desmonte-el-arbolito-de-la-plaza-espana):

La Municipalidad pedirá a la Provincia que desmonte el arbolito de la Plaza España

Prometió enviar una nota para pedir que quite la estructura y poder reparar la plaza, luego de que se difundieran fotos del lugar deteriorado.

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La Municipalidad de Córdoba prometió enviar una nota "pidiendo nuevamente a la Provincia que desmonte el árbol de Navidad" que aún permanece instalado en la Plaza España, y luego de eso, "reparar la plaza".

La información llegó después de que este diario publicara fotos que muestran el deterioro que sufre el lugar, usurpado por la estructura que un mes al año sostiene las luces del árbol de Navidad de la Provincia.

El abandono es total en el corazón de la plaza. Un alambrado de dos metros de alto impide el acceso a la zona central, dominada por lo que alguna vez fue una gran fuente de agua. Dentro de ese círculo que forma el alambrado, la gigantesca estructura metálica del árbol y sus enormes tensores dominan la escena, rodeada por decenas de tachos de 200 litros llenos de cemento.

Ese sector es inaccesible y esto restringe el valor artístico de esa plaza creada por Miguel Ángel Rocca e inaugurada en 1980.

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