UN AMOR OTOÑAL
(Este poema es de la autoría de mi vecina favorita, Maricruz Navarro, alias la Colorada. Yo le llamaría "Poema en rojo".)
Eran del mismo barrio y de la misma ciudad.
Él siempre la veía pasar, siempre apurada, solía pensar.
Que si a la compra, en busca de sus nietos,
nunca tenía un momento para pararse a hablar.
Sentado en un banco leíael diario para disimular,
y ella con el rabillo del ojo le solía buscar.
Hasta que un día llegó la oportunidad;
Buenos días señora, hola qué tal...
hablaron del tiempo, del nuevo bar y un café fueron a tomar.
Y así empezó su historia de amor otoñal.
volvieron a sentir mil mariposas revolotear,
el corazón latir a punto de explotar.
Esas cosas que todo ser humano debería experimentar.
Como dos adolescentes se amaban sin dudar,
sabiendo que el tiempo NO les iba a ayudar.
CON PRISA, SIN PAUSA, no lo dejemos escapar.
Él con sus cabellos plateados no dejaba de jugar
y ella, se dejaba mimar, no lo podía dejar de acariciar.
Descubrieron mil formas nuevas de besar,
con esa sabiduría que les dio la edad...
Hasta mañana corazón, hasta mañana mi amor...
Pero un día de OTOÑO, cómo no,
fue su corazón el que se paró y no la dejó llegar.
Y volvió a quedarse solo, sentado en un banco,
leyendo el diario y sin nadie a quién esperar...
y ella con el rabillo del ojo le solía buscar.
Hasta que un día llegó la oportunidad;
Buenos días señora, hola qué tal...
hablaron del tiempo, del nuevo bar y un café fueron a tomar.
Y así empezó su historia de amor otoñal.
volvieron a sentir mil mariposas revolotear,
el corazón latir a punto de explotar.
Esas cosas que todo ser humano debería experimentar.
Como dos adolescentes se amaban sin dudar,
sabiendo que el tiempo NO les iba a ayudar.
CON PRISA, SIN PAUSA, no lo dejemos escapar.
Él con sus cabellos plateados no dejaba de jugar
y ella, se dejaba mimar, no lo podía dejar de acariciar.
Descubrieron mil formas nuevas de besar,
con esa sabiduría que les dio la edad...
Hasta mañana corazón, hasta mañana mi amor...
Pero un día de OTOÑO, cómo no,
fue su corazón el que se paró y no la dejó llegar.
Y volvió a quedarse solo, sentado en un banco,
leyendo el diario y sin nadie a quién esperar...
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