miércoles, 29 de junio de 2016

¿LOS ARGENTINOS HABLAMOS DULCE?

¿LOS ARGENTINOS HABLAMOS DULCE?


¿Que los argentinos hablamos dulce...? ¡¡Y UNA MIERDA, BOLUDOS!!

Escuché un día a una mina catalana en una tanguería de Barcelona decirle a un negrito de mierda como yo el cliché ese con el que habitualmente nos halagan: 
- “Me encanta esa forma tan dulce de hablar que tenéis vosotros, los sudamericanos. ¿Eres chileno?”. 
- “No”-  le contestó el negrito. - ”¡¡¡¡¡¡¡Soy argentino!!!!!! No nos confundas. Los argentinos somos diferentes. No creas que somos todos morenos, que allá hay mucha gente rubia, más que acá. Si conocieras el Sur… Son casi todos hijos de suizos, escandinavos y alemanes. Y en las ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Rosario o Santafé tenemos una mezcla de franceses e italianos. ¿Te imaginás de esa mezcla? ¡Tenemos cada hembra!”-.

Escondía sibilinamente, como buen indio, tres cosas: 
Primero, que ésa no es nuestra raíz, que los rubios son fruto de la política migratoria de finales de hace dos siglos y principios del pasado, y que la mayoría de criollos son producto del mestizaje del español de la conquista con el indio. 
Segundo, que la Argentina también se compone del Norte, el Centro y el Oeste, regiones que son las auténticas raíces geográficas del argentino nativo, el indio, sobre todo descendiente de los quichuas; y tercero, que decir Argentina es una ambigüedad, ya que hay dos Argentinas perfectamente diferenciables: Buenos Aires y el interior. 
Este último, es el cuarto-trastero donde se guardan las cosas que ya no usamos. El repulgue de las empanadas norteñas, la glorificación del vino a través de Jaime Dávalos, Horacio Guaraní que entronizan la cirrosis, mientras aporrean la guitarra a grito pelado, el cura brochero y su ejemplar vida de entrega a los pobres.   Y Gardel era francés, ¿viste? Tan francés que en una carta dirigida a un amigo de Buenos Aires le pone: “No seas gil, hermano. Hay que vivir en Europa y pasear en Argentina”.

La mayoría del boludaje artístico les encanta subrayar esta frase: LOS MEXICANOS PROCEDEMOS DE LOS MAYAS Y AZTECAS, LOS PERUANOS DE LOS INCAS, LOS ARGENTINOS... DE LA PANZA DE LOS BUQUES...


Como ven, no somos tan dulces sinó que somos más agrandados que nadie. 

¿DÓNDE ESTÁN LAS MÁS HERMOSAS MUJERES?

¿DÓNDE ESTÁN LAS MÁS HERMOSAS MUJERES?


¡Qué pregunta más boluda!


Con respecto a la belleza de las mujeres, hay una sola verdad: que la belleza, como el poder, va de la mano de la cama y del dinero. 

La belleza hace juego con la fortuna, le sienta perfecto, como el óvalo colorado de la uña que remata una mano bien blanca. Así se escucha eso tan remanido o inconsistente de que: “Las mejores minas están en Río Cuarto. O en Córdoba". ¡Qué guachas increíbles!”. Es de preguntarse si se refieren a las de barrio Fénix o del Golf; y si se trata de la Docta, si son de San Vicente o el cerro de las Rosas. 

Pero como las andaluzas…” Sí, las que van a Marbella con la jet, las de la Feria de Abril de Sevilla que llevan la marca de la guita en la sonrisa, la peineta, la mantilla y el clavel; alternando entre señoritos y jeques árabes, que ésos no buscaran ninguna chica de las chabolas. 

Y las de pelo azabache y dulzura sin igual, como las chilenas”, es de aclarar si viven en los Altos de Viña del Mar, Valparaíso o en Las Condes de Santiago, o si pertenecen a suburbios donde subsisten madres con quince hijos haciendo equilibrio de la cornisa del hambre. 

Y el glamour librepensador cuasi francés de catalanas peinadas à la garçon”, ¿dónde lo encontraremos? Seguro en Pedralbes, Sarrià o la Bonanova y no en Santa Coloma o en la Mina; claro que hay gitanas de ojos alucinantes y cuerpo de rumba flamenca que te derriten sólo con morderse el labio inferior con perversidad provocativa… Un tipo con dinero es más probable que compre un Chivas Regal que no un JB. Y los feos acaudalados se casan generalmente con guapas, y así se mejora la raza, al menos exteriormente.  

Pero para mi, como dice esa famosa frase... LA BELLEZA ESTÁ EN LOS OJOS DEL QUE LA MIRA.

 

MI PEQUEÑO HOMENAJE A RUDY ARRIETA

MI PEQUEÑO HOMENAJE A RUDY ARRIETA

En Córdoba, Argentina, ponemos un  busto de Mozart junto al río Primero, en lugar de Ciriaco Ortiz, Cristino Tapia, el negro Luís Fernando Correa, don Edmundo Cartos o Ricardo Arrieta, que esos si entenderían los parajes de la seccional segunda, con duendes pícaros, leyendas de peregrinaje etílico, lata oxidada, naranja podrida, escombros de sandía, bidones, valsecitos criollos y proletarias de la zanja... 

¿Se dan cuenta cómo se ha de sentir Mozart en ese ambiente…? De igual manera me imagino alguno de los cordobeses nombrados cómo se aburrirían junto al Danubio: “¿Qué tamo haciendo acá, macho?”. Aunque vaya a saber si Mozart, en medio de la Pequeña Serenata Nocturna que le brinda el escenario de  la seccional segunda, no se pondría contento y se diría: “Después de todo, en Austria tiraron mis huesos en una fosa común y me tienen y usan como gancho para los turistas… Acá en Córdoba me siento más a gusto. Esto huele a realidad, aunque más no sea con sinfonías y festivales de ratas y vagabundos”. 

De izquierda a derecha: Rudy Arrieta, una admiradora, Alfio Basile y yo
En la seccional segunda ¡hay ratones tan grandes que se comen a los gatos! El último juglar de prosapia netamente cordobesa que nos queda, es el ignorado Rudy Arrieta, que nos abandonó hace un tiempo, y todavía seguía buscando rescatar su viejo vals Córdoba de antaño, para devolverle el perfume a la flor y adornar la reja y el balcón de serenatas. El autor del Vals fue su papá, Ricardo Arrieta y simbolizó para Córdoba un himno de nuestro folclore con motivo del Mundial '78. Se la escucha poco... será porque está muy alta... en el cielo, o porque el cielo se compra en la tierra... al estilo de Julio Iglesias. 

El bueno de "Rudy" pertenece a los cantores que dejaron media vida en el asiento trasero de los ómnibus en el momento en que desde el fondo de un tugurio se escucha: “Alma, que tanto te han herido...”. 

A la misma hora 
en que se confunde el sonido de los cajones que se descargan en el mercado 
con la sirena de las ambulancias, 
los barrios se convierten en museos clausurados de vida, 
inundados sus rincones por los trinos del alba. 

Todavía lo imagino, "al Rudy", siempre con los mismos vaqueros gastados y lustrosos colgado de la luna de Calera, en lo helado de la madrugada, enamorando a “la Pelada” de La Cañada. 

Alguien tironea sus pasos bohemios: 
Son los del boliche de Santiago, 
que le hacen trepar para abajo con la musiquita de su viejo, 
intentando el camino de Santiago, 
con su altar mayor de curdas sin compostela ni composturas. 
Los besos que regaló en tantas madrugadas
 se pierden en medio de la niebla... 

Y dicen los de los años setenta que "la Pelada" alguna vez arremngó su falda y trepada en el borde de “calicanto” gritaba su júbilo a los pájaros azules, escuchandolo "al Rudy". Harta quizás que le golpeen el alma, recordando solo su calva.... al fin y al cabo era mujer.

PD: en los años '90 Rudy paseó sus tangos y canciones por Barcelona, durante casi un año.

martes, 21 de junio de 2016

LOS DENTISTAS. VAS POR UNA PROFILÁXIS Y SALÍS CON IMPLANTES

LOS DENTISTAS
VAS POR UNA PROFILÁXIS Y SALÍS CON IMPLANTES

Son pobres hombres los dentistas, de precaria cultura, desempeñando el papel de una entidad enemiga de lo humano, amenazadora para la estabilidad emocional y económica. "Emocional" porque encarnan el miedo eterno, los pavores atávicos como si representaran la intemporalidad del mal. 

Tras la mascarilla de cada dentista, el "cliente" ve al despiadado, terrorífico torturador de las edades medievales... ¡Sí! siniestro... o como un engendro prehumano comparable con la figura del sacerdote inquisidor o del brujo de antaño. 

Desde la noche de los tiempos, estos personajes de sombra han acompañado al hombre en su peregrinaje terreno, siempre igual: eternos, ajenos al progreso, mediocres, tenebrosos... Es inevitable: el pariente y el diente, aunque duelan, sufrirlos hasta la muerte. 

El Dr. Alfred Southwick, importante dentista de Búfalo, es recordado como el inventor de la silla eléctrica (1881), ya que encabezaba la comisión que recomendó este método de ejecución en el estado de Nueva York. En el siglo XVIII, el francés Pierre Fauchard, padre de la odontología, recomendaba a sus pacientes que se enjuagaran la boca con su propia orina para prevenir la caries. O la mean o la cagan... 

En los últimos tiempos, han experimentado una pequeña evolución y su ciencia ha registrado un mínimo avance, relacionado con los materiales que utilizan, que no han demostrado, en realidad, ser mejores que los que se usaban hace cien años. ¡Caso único! porque en la historia de la ciencia se ha progresado notablemente en Medicina, Biología Molecular, Física Nuclear, Ingeniería Genética... Y estas ciencias siempre se han denominado de igual forma. El caso que nos toca no es así; primero, se llamaron barberos, luego dentistas, odontólogos, estomatólogos... ¡Ésta ha sido la verdadera evolución de la profesión! 

Se ha comprobado científicamente, a través de excavaciones e investigaciones arqueológicas, que las incrustaciones que hacían los mayas en los dientes duraban mil años por lo menos, y algunas no se podían retirar del diente, sólo rompiéndolo. Ahora, una amalgama hecha a un "cliente" con las sofisticadas técnicas modernas dura meses, a veces semanas; se aflojan con un escarbadientes y se caen con un eructo. 

Cliente: -“¿A qué se debe doctor que se cayó el empaste de hace cuatro días?” 
Dentista: - “Es que hay que cepillarse bien, señora”. 
Cliente: - “Sí doctor, lo hago de arriba a abajo y tres veces como dijo usté”. 
Dentista: - “Entonces será el paso del tiempo, señora”... 

Eso sí: la apariencia, lo moderno; ahora al gabinete dental lo llaman box, y  el director técnico de fútbol Bilardo da "clínicas de fútbol". Todo cambiado. ¡El mundo está loco! 

Antes de las amalgamas lo que se usaba era el oro. Eran verdaderas tumbas putrefactas, sarcófagos de oro que encubrían restos de comida, fetidez y focos sépticos, tanto que en 1910 el Dr. William Hunter de Londres atacó a la odontología americana con este tema; les demostró que los dolores y problemas causados por estas prótesis de oro sólo se solucionaban retirando las coronas. ¡Ah! Y encima, al quitar al "cliente" esas prótesis se quedaban con el oro, que aparentemente arrojaban al cubo de la basura junto con el diente extraído, para después juntarlo al final de la jornada como un avaro revolviendo desperdicios. 

¡Claro! ¿Cómo no van a tener auge esto de los implantes? ¡Hay muchos desdentados!, porque han fracasado los métodos conservadores y preventivos; se ha involucionado. Esto de los implantes tampoco es nuevo. Una mandíbula encontrada en Honduras en 1931 presenta tres trozos de concha en el lugar natural de los incisivos inferiores; data del 600 d.C. y es el primer ejemplo de implante endoóseo en una persona viva. ¡Y los implantes valen un riñón! Por cierto, el capo de los riñones, el Dr. Antoni Puigvert, en un congreso aseguró: “En libros de medicina publicados hace más de cien años, he leído técnicas quirúrgicas y aplicaciones terapéuticas que hoy se consideran recién descubiertas”. Uno de los pocos inventos revolucionarios en la dentistería es el acrílico, sin llegar a la trascendencia del papel de water, que ese si se ha tornado imprescindible en la era moderna (más que nada en casos de urgencia).


Los “dentisteros” se creen poseedores de un lenguaje "excepcional": En vez de llamar panorámica a las radiografías más grandes, las llaman ortopantomografías. Pero yo digo ¿hay que ser pelotudo, no? Y se preguntan entre ellos si les llegó el mailing, en vez del correo, como si hubiesen dividido el átomo. A un adhesivo de mierda para hacer las obturaciones en blanco lo llaman Bond; a quitar el sarro, tartrectomía. Y claro, así asustan más al paciente que no entiende un carajo y lo ponen más nervioso aún, pues piensan que eso que suena tan raro le costará mucho más caro. Al finalizar, siempre le hablan al pobre paciente de las "técnicas" de cepillado, que consisten en poner una mierdecita de pasta en el cepillo y refregarse bien toda la boca luego de comer, que sería lo mismo si inventaran técnicas para limpiarse el culo luego de cagar.

Los Dentistas son los seres más egoístas que conozco, crípticos, elitistas; les place crear misterios... Sólo los clanes liderados por ellos tienen acceso al conocimiento. Hasta en Japón, Fuyuyori Tambano, descendiente del padre de la medicina japonesa, adquirió fama por extraer los dientes del emperador Hanazono; su hijo Keneyasu, primer dentista japonés nombrado oficialmente por la corte, mantuvo sus técnicas en secreto, transmitiéndolas solamente a miembros de su clan, de generación en generación. Igual sucedió con la endodoncia. 

En mi época de estudiante, la preparación técnica era absolutamente insuficiente; y de la ortodoncia, cuyo tratamiento es más caro, ¡ni hablemos! En Córdoba sólo hicimos dos o tres endodoncias en paciente; así que figurense: la experiencia práctica era inexistente, pero parece una obligación decir "¡Qué buena era nuestra facultad!". Todos lo dicen y de las facultades de todos los países. ¡Boludos! Todo lugar en donde transcurrió tu juventud (de dieciocho a veintitrés años) tiene que ser querible, igual que las madres para el tango, o Borges, sobre todo para los que no lo leyeron nunca. O porque todo tiempo pasado... 

A todo le ponen velo de misterio, impenetrable secreto de pastitas y chorritos... Y precisamente porque es fácil, lo aprendería todo el mundo. Esta profesión no es complicada; no ocurre así con un poeta, un artista, que para eso se nace... O futbolista, que hasta pueden terminar como periodistas deportivos, no explicándome nunca para qué las escuelas y facultades de periodismo si después viene un ex-futbolista y les copa el puesto, en escandaloso intrusismo que vulnera para mí las normativas, estatutos y preceptos de las asociaciones de periodistas, ante el silencio cómplice tanto de los que presiden estas entidades, como de sus miembros afiliados, que al fin y al cabo son los perjudicados, pues se les reducen las de por sí escasas fuentes de trabajo.  

Pongan ustedes a diez jóvenes a estudiar odontología o periodismo, con ferrea voluntad, y seguro que todos acabarán la carrera. Prepara a diez jóvenes para futbolistas profesionales y quizá sólo uno de los diez llegué a primera división. El secreto va de la mano del dinero. ¡Hasta la Coca-Cola tiene secreto de fabricación y el chocolate suizo! ¡Hasta las cocineras tienen secretos, fórmulas de guisos! Secretos de pocos para robar a muchos. Te enseñan lo justo para justificar la función docente y lo mínimo para que mañana no les estropeen el negocio.

Todo el mundo sabe las diferencias que establecen con pacientes de mutuales y Seguridad Pública (los pobres) y los de los consultorios o institutos privados (los pudientes). Son arrogantes, soberbios. Los profesionales de la dentistería sufren, en general, una hipertrofia de la vanidad, pues quizá están un poco frustrados como profesionales de la medicina (la Odontología es la hija pobre de la Medicina); y se autoconvencen de que la mayoría de sus actos tiene un gran fundamento científico, cuando, en realidad, depende de un mínimo de habilidad manual. 

Son déspotas, humillan al personal subalterno, someten a los que los rodean, y donde más acentúan su arrogancia es con el mecánico dental. Tal vez esa frustración les lleva al resentimiento; quienes menosprecian, en cualquier orden de la vida, son los que más han sufrido un desprecio que no pueden superar, y lo proyectan entonces contra el más propicio: a veces, auxiliares dentales son las que pagan el pato de sus broncas (no sus mujeres e hijos). En eso tienen mucha semejanza con los militares que se rigen por la ley del gallinero (el de arriba caga al de abajo): siempre hay alguien superior que somete a trato ultrajante al de menor graduación. A su vez, éstos, en última instancia, "poseen" soldados aptos para la humillación: el empujón, la burla sarcástica, trotar luego, apenas terminada la comida y así ponerlos al borde del infarto o descargar un problema personal extracuartelario.  

¡Cuántas veces el sacrificado mecánico les saca las castañas del fuego! No hay que sentirse ni más ni menos que nadie; todos somos importantes. Pero ante la figura devaluada del abnegado protésico, acentúa su papel el "doctor", cuando en realidad no son ni siquiera doctores, pues para doctorarse tienen que aprobar una tesis, y el 90% no lo ha hecho. 

En mi clínica, sólo una enfermera, de todos los que componemos el equipo, se ha doctorado en Biología, y además ha sido requerida de EEUU para su perfeccionamiento en genética; se llama "Pepona", alias Carmen Márquez. A las enfermeras que tuve las he educado en la delicada responsabilidad de ser el brazo derecho y el huevo izquierdo del “doctor”. Es en Córdoba (La Docta) donde se padece de “doctoritis” más que en ninguna parte del mundo. ¡Es penoso! A cualquier infeliz como yo le llaman doctor, creyendo que te enaltecen. “Te presento al doctor” dicen enfáticamente y sin disimulado orgullo. 

Y siguiendo las reglas del juego, se responde dando la mano: “Encantado. Doctor Rodríguez para lo que usted disponga”. Lo de dar la mano, nació en la Antigüedad; no es producto de la afinidad o la cordialidad, sino para demostrar que ninguno de los dos llevaba armas ocultas en la bocamanga. Hasta los presidentes del país, gobernadores o intendentes son casi todos “doctores”. Hemos escuchado la retahíla en diferentes momentos de la vida institucional argentina: doctor Frondizi, doctor Illia, doctor Ángeloz, doctor Mestre, doctor Abella… Lo correcto es que los títulos universitarios se deben utilizar sólo para sus respectivas profesiones privadas, ya que el presidente, por ejemplo, es representante de todos los ciudadanos y es elegido para eso: para ser presidente. ¿Alguna vez escuchaste que digan: doctor Kennedy, doctor Clinton, doctor Mitterand, doctor Felipe González, doctor Aznar, doctor Tarradellas o doctor Jordi Pujol? Este último, te aclaro, es médico, abogado, banquero y empresario, y con más cultura posiblemente que todos los presidentes anteriormente mencionados, aunque un ladrón repugnante también.

En encuestas de EEUU figuran los dentistas como uno de los grupos con mayor incidencia de suicidios. Es porque son seres alienados; no te digo que lleguen a ser paranoicos (yo sí lo soy potencialmente), pero viven tensionados con contracturas musculares, afecciones de columna por la postura de trabajo, el oído arruinado por el chillido de la turbina, la vista fatigada... Todo ello conduce a una neurosis prematura y a los cuarenta y cinco o cincuenta años ya no los aguanta nadie y si no pregúntales a sus mujeres o esposas. 

¿Y los anuncios? Es de lo más ramplón y ridículo en publicidad. Todavía ponen "extracciones sin dolor"; de hecho, si existe anestesia, no hay por qué provocar dolor... ¡Elemental, mi querido Watson! Más evidente que un empaste de amalgama en un incisivo central superior. O éste: "Nueve de cada diez dentistas recomiendan chiclets sin azúcar". ¡Es de preguntarse dónde mierda estudió el décimo!


Termino con una anécdota: Hace unos años en un congreso internacional de trasplantes e implantes, se reunieron en Europa los mejores especialistas. En un intermedio del mismo, un participante comentó la casualidad de que el primer trasplante cardíaco se realizó en el cuerpo de un dentista, el Dr. Barney Clark, que falleció al poco tiempo. El director del simposio, luego de mirarlo un instante en silencio y seguramente acordándose de aquellas primeras experiencias odontológicas, cuando le arreglaban los dientes sin anestesia, para ir más rápido, le contestó: "No, no es que sea casualidad. En la comunidad científica ya tenemos una progresión para los experimentos en trasplantes de órganos: primero una rata, luego un chimpancé, después un sacamuelas; el paso siguiente está a la vista: el trasplante a un ser humano".

Les añado este artículo del Herald Tribune, para que comprueben que no es nada antojadiza ni equivocada mi "dentellada" crítica a los colegas descendientes de barberos y aspirantes a jugadores de golf.



Escribe

Lawrence Malkin

Especial del Herald Tribune

para Ámbito Financiero



París- John Maynard Keynes, el más influyente economista de este siglo, dijo una vez  que en su utopía los miembros de su profesión serían como los dentistas: gente necesaria pero intrascendente. Con la llegada de la administración Clinton es posible que la utopía de Keynes comience a tomar cuerpo.
Su equipo económico está compuesto básicamente por abogados, banqueros y políticos, e incluye a sólo dos economistas, Alice M. Rivlin, directora de Presupuesto, y Laura D'Andrea Tyson, jefa de asesores económicos. Pero sus designaciones pueden interpretarse más como un gesto feminista que como una concesión al poder de los "doctores de las monstruosa ciencia".


Y para terminar, decirles que el dentista solo tiene "clientes", no pacientes, como el peluquero o el callista. Juntar dinero es su única meta. Cuando los "clientes" cierran los ojos en el sillón, ellos, aguja y espejo en mano, hacen suya la boca entera: lengua, muelas, encías, amígdalas, saliva... hasta llegar a los bolsillos y hacerse con el "botín" en un abrir y cerrar de boca.  La invitación al paciente a que se quite las gafas, pues “se pueden salpicar”; con lo cual, éste no ve un carajo; equivale a cerrar los ojos ante un torturador, con el riesgo implícito que conlleva el hecho de conocerlo demasiado. Y la sala de espera, penosa... decorada con pésimo gusto como casi todas, con luces mortecinas... y el silencio, denso silencio que se "corta" con alguna tos o el hojear de revistas atrasadas. Si hubieran recapacitado... Y huido, así, de golpe, sin dar razones... Tendrían sus dientes... que como decía Cervantes, los dientes son perlas, o algo así. ¡Ah, no! Ése era Gregorio Barrios que cantaba ese bolero "Tus lágrimas son perlas que caen al mar"... Habrá algún dia en que saldrán a la luz los damnificados por las cagadas que les hicieron los dentistas, de la misma forma que las asociaciones de victimas del terrorismo, madres de plaza de mayo, madres de menores violadas con desfiguración de clitoris, hechos hoy en día comunes entre tantos depredadores  vaginales. 


 
 

martes, 14 de junio de 2016

LOS PRESIDENTES ARGENTINOS ANIMALES



LOS PRESIDENTES ARGENTINOS ANIMALES

Reírse de los poderosos siempre ha fascinado al ciudadano anónimo. Ya sea con motes o apodos, sea como burla o para denigrarlo. Esta es un arma que tiene el ciudadano de a pie contra la mala administración de sus "representantes" en el ejercicio de la gestión presidencial.

Dijo un político vasco, Arzallus, que los políticos son como los monos: "cuando están subidos a las ramas, se les ve el trasero". Pero esta asociación de nuestros políticos con apelativos de animales ya es una tradición insertada en la historia. Pongamos algunos ejemplos; a muchos presidentes argentinos los degradaron en la escala evolutiva: 

(1º) Bernardino Rivadavia, "El Sapo del diluvio" 
 
(2º) Nicolás Avellaneda, “El Chingolo” 

(3º) Julio A. Roca, "El Zorro" 

(4º) Juárez Celman, "El Burrito" 

(5º) Hipólito Irigoyen, "El Peludo" 

(6º) Edelmiro Farrel, “El Mono” 

(7º) Juan Perón, "El Potro" 

(8º) Arturo Illia, "La Tortuga" 

(9º) Juan Carlos Onganía, "La Foca" 


(10º) Néstor Kirchner "El pingüino"

Últimamente los españoles a través de las artes, sobre todo del cine y de la música, ven la imagen del argentino cómo un tipo seductor, algo fanfa, charlatan e indudablemente inteligente. El prototipo sería Ricardo Darín. Pero después de la lista de los presidentes "animales" ¿¿se puede creer en el argentino glamouroso con estos verdaderos antidotos contra la lujuria.?? NADIE INTENTARÁ CLONARLOS.

Es malo para un país que ciertos animales tengan la facultad de hablar desde los estamentos de poder, sobre todo a los malvados o ignorantes. Uno de ellos fue Luciano Benjamín Menendez. Sus amigos le decían “el cachorro” o “el perro”, se relamía de placer escuchando los gritos de tortura en el campo de concentración de “La Perla”.


¿Y quién prevalece, el animal o el hombre? ¿Es el presidente quien saca el animal que lleva dentro? ¿O es el animal quien enriquece al presidente? Ahora me pregunto: a los animales que llevan nombre de persona (León, Marta, Burrito Ortega...), ¿se les enaltece o se los enmierda? Si a la National Geographic le encargaran un análisis "zoociológico" nos aclararíamos algo. Por suerte, aún no hemos llegado a la ancestral crueldad de los españoles para con las bestias: arrojar desde un campanario a una cabra, prender fuego a los cuernos de un toro, elegir una langosta viva en un escaparate acuoso porque te quieres comer esa... Claro, una exageración pensarán ustedes... Peor son los veganos, que con esa dieta vegetal empezarán a cagar paisajes... 

Y como los vegetales también son seres vivos que sufren cuando les cortan, les arrancan hasta el alma, las deshojan y dicen los entendidos que hasta gritan de dolor, ¿Y eso con qué se come?


Casi todos sabemos lo qué comemos, gallinas, pato, cerdo, ternera, merluza... lo tenemos clarísimo, pero los veganos ¿qué cultura gastronómica tienen? Claro, lo simple es decir: lechuga, tomate, cebolla, maiz, zanahoria, etc. etc. etc. ¡Lo de siempre! lo de nuestra infancia...