ESTAFA Y FÚTBOL
Fui el primer
periodista deportivo de Córdoba a quien los clubes Talleres y Belgrano
declararon persona non grata,
reservándose el derecho de entablarme querella criminal, por haber expresado
que los jugadores fueron veintidós estafadores y defraudadores de una
expectativa pública, transformando un hecho deportivo en una exposición de
agresiones, bravuconadas, etc; y toda la indignidad que le puede caber a un
espectáculo futbolístico.
Transcribo textualmente la ridícula solicitada de
estos clubes, que son los más populares de Córdoba:
CONSIDERANDO:
1)
Que
los 22 jugadores actuantes en dicha oportunidad revistieron la representación
de nuestras instituciones, por lo tanto dicho calificativo alcanza a los clubes
Belgrano y Talleres;
2)
Que
no puede aceptarse bajo ningún concepto tal calificativo, por cuanto presupone,
para que haya existido estafa un acuerdo o voluntad previos en tal sentido, lo
que es inadmisible;
3)
Que
Belgrano y Talleres lucen sus 61 y 53 años de vida respectivamente como
ejemplos de dedicación y honra al deporte, lo que les ha valido la
consideración, estima y respeto generales en todo Córdoba y en el País, no
pudiendo aceptarse sean mansilladas esas conductas con un comentario avieso y
ligero;
4)
Que
pareciera común en este señor Rodríguez comentarios análogos, ya que en otra oportunidad
y en la misma audición citada comparó el partido de fútbol entre Boca Juniors y
Rosario Central, con el combate de San Lorenzo, menoscabando con ello un hecho
que es hito glorioso en la vida del General San Martín y en nuestra historia;
5)
Que
está lejos de nuestro ánimo pretender cercenar la libertad de prensa pero si es
firme nuestra decisión de exigir el mismo respeto que dispensamos.
Por ello y en salvaguardia de los
derechos que nos han sido confiados,
RESUELVEN
1)
Declarar
persona no grata en nuestras instalaciones al señor José Rodríguez;
2)
Comunicar
esta resolución al Círculo de Periodistas Deportivos, a nuestros asociados y simpatizantes en
particular y a la afición deportiva de Córdoba en general;
3)
Hacer
reserva de los derechos que tal agravio nos da para hacerlos valer si se
creyere oportuno por ante la
Justicia del Crimen entendiendo que tal expresión puede
constituir una injuria.
CÓRDOBA, Agosto 22 de 1966.
p. CLUB ATLETICO p.
CLUB ATLETICO
BELGRANO TALLERES
Alfredo Escuti Eduardo
Alvarez Vocos
Presidente Presidente
Arturo Ubios Antonio Muñoz
Secretario Secretario
Y fijense que generosos los del Círculo de
Periodistas Deportivos, que al respecto de esta solicitada, publicaron el
siguiente comunicado (La Voz
del Interior, 25 de Agosto de 1966):
DIO UN COMUNICADO EL CIRCULO DE PERIODISTAS DEPORTIVOS
A raíz de la resolución tomada por los Clubes Belgrano y Talleres con
motivo de un comentario vertido en un espacio de televisión, el Círculo de
Periodistas Deportivo de Córdoba dio a conocer el siguiente comunicado:
Suscripta por los señores
presidentes y secretarios de los clubes Belgrano y Talleres de nuestra ciudad,
este Círculo de Periodistas Deportivos de Córdoba ha receptado en la fecha una
nota, en la que se refiere a un comentario vertido en un espacio televisivo de
Canal 12 por el periodista señor José Rodríguez;
Que teniendo en cuenta que lo
resuelto por las mencionadas instituciones reviste un carácter especial, de
suma delicadeza en lo que respecta a la labor específica que se desarrolla en
el campo deportivo y que se merece por lo tanto la preferente atención de este
organismo;
Que, atento siempre al celoso
cumplimiento de las más elementales normas de ética deportiva y periodística,
que debe mantenerse dentro del mutuo respeto y en la función de crítico
constructivo, sin desviaciones que lleguen en determinados momentos, por
imperio del impulso o por el deseo de surgir con nitidez en su cometido;
Que, frente al hecho
denunciado y que ha tomado estado público, la comisión directiva del Círculo de
Periodistas Deportivos de Córdoba
RESUELVE:
1) Hacer conocer públicamente que el señor José Rodríguez
no revista(sic) como asociado de este Círculo de Periodistas Deportivos.
2) Lamentar la drástica medida adoptada por los clubes
Belgrano y Talleres, al declarar persona no grata al citado periodista.
3) Entiende este círculo que la límpida trayectoria de dos
instituciones de tanto arraigo, de ninguna manera puede verse comprometida por
apreciaciones personales de quien quizas involuntariamente, entró en el terreno
de la ofensa por la inexperiencia o apresuramiento.
4) Que aún cuando el comentarista aludido no es asociado de
este Círculo de Periodistas Deportivos, comprometemos nuestro máximo esfuerzo
en la prosecución de nuestras más íntimas convicciones, bregando por el
ejercicio responsable y digno de la libertad de prensa.
5) Cumplimentando disposiciones estatutarias, este Círculo
agotará los recaudos necesarios procurando la superación de esta situación que
sólo provoca el resentimiento de la permanente relación amistosa que debe
existir con las instituciones en general.
6) Hacer conocer la presente resolución a los clubes
Belgrano y Talleres, Liga Cordobesa de Fútbol, Telecor Canal 12, L.V. 3 Radio Córdoba y
dése a publicidad.
Córdoba, 23 de Agosto de 1966.-
Se habran dado cuenta lo “solidarios” que fueron
conmigo y con respecto a mis colegas: “mutis... cremallera”, como decía el
Kiko.
La única persona que hizo un alegato a mi favor fue,
cosa del destino, quien me dio la primera oportunidad de parlotear ante un
micrófono en la ya desaparecida Radio Municipal de Córdoba, Carlos Hairabedián,
que en ese tiempo era el director de deportes de esa emisora, bajo el seudónimo
de Carlos Garó. Este es el texto:
ESTAFA Y FÚTBOL
Por Carlos
Garó
Aquel
lunes y la condenación pronunciada quedaron atrás. La imagen del joven
comentarista al proyectarse en la pantalla ayudaba a completar la idea
expuesta, la desafiante y atrevida opinión.
La
cámara atrapaba un gesto airado de protesta.
El
anatema fue recogido, disgustó, desencadenando una crisis imprevisible. Se
sucedieron las réplicas y explicaciones. El comentarista siguió inmutable. El
globo no tardó en desinflarse.
Por
qué exhumar un episodio que el tiempo ha sepultado? Recordarlo corriendo el riesgo
de la inoportunidad, tiene el sabor de una fascinante aventura dialéctica. La
susceptibilidad herida fundó el rechazo enérgico; ahora, superado el
subjetivismo que impulsó una insólita represión, aquietado el fervor, estimo
que la elección del momento para las reflexiones no es desacertado.
No
las dirijo para los que se sintieron “humillados” ni para los que padecieron
“dolor”. Y si los hay entre los lectores también los incluyo.
El
responsable de las afirmaciones “peligrosas”, acusó a los jugadores de estafadores.
Soy su amigo y no admito dudas sobre la honestidad y sinceridad de sus juicios.
Lo
que no excluye que se equivoque.
En
el deporte y particularmente en el fútbol, el uso y la costumbre, convertidos
en vicio, han acuñado frases hechas, vocablos sin contenido. En su circulación
y vigencia el periodismo ha contribuido poderosamente. No es el lugar ni la
ocasión para examinarlas. Tanto se las ha empleado que han terminado por
desfigurar los fenómenos que intentan captar o definir. Alguien se tomó el
trabajo de recopilarlas y estudiar el efecto dañoso que han producido.
La
palabra estafa no forma parte de ese idioma prefabricado y artificial.
Calificando a los protagonistas del partido que analizaba de estafadores, el
comentarista había “violado” las reglas de ese idioma sui generis. Para
subestimarlos debió recurrir a las claves gratas al oído popular. Apeló, sin
embargo, a una expresión en principio “ofensiva” y “denigrante”.
A
poco que indaguemos su significado, advertiremos que fue inútil el escándalo,
estéril el rasgarse las vestiduras.
A
nadie se le podía ocurrir pensar (a pesar que muchos nos desmienten) que se
imputaba una estafa de las contempladas en la legislación represivo - penal. La
estafa - delito requiere de elementos y condiciones absolutamente incompatibles
con el carácter y naturaleza del vocablo que utilizó el comentarista.
La
estafa del derecho criminal presupone un astuto despliegue de medios engañosos
o ardidosos, que provoquen un error en la víctima y en cuya virtud, éste
realice una disposición patrimonial perjudicial.
Con
estos antecedentes es muy fácil comprobar las enormes diferencias existentes.
La “pasión deportiva” - con las que se excusan tantos desatinos - hizo el
resto, consumándose un nuevo y desgraciado desencuentro entre la verdad y la
intención.
Correspondía
interpretar el alcance que en la unidad de pensamiento del periodista tenía el
término estafadores. No era impugnación al “entusiasmo, garra y voluntad”
“derrochado” sin limitaciones, sino a la ausencia de calidad, a la falta de
jerarquía del espectáculo, a la inexistencia de fútbol técnico.
La historia,
no obstante sus vicisitudes, tuvo un final feliz: triunfó el colega al fracasar
las presiones para destituirlo, la ola de rumores para desprestigiarlo.
Presiones y rumores que el autor de esta nota también las conoce muy bien.
Revista La Semana.
Año 1. Nº 12. Noviembre 10 / 1966-
Pasaron los años, como 12, ya mi vida radial se
extinguió para siempre, mi desvinculación de la radio era ya definitiva. Se había ganado el
Mundial 78; la borrachera del triunfo era un virus que se extendía como una
mancha de aceite y, para peor, haciendo mucho ruido: “¡El que no salta es
holandés!”, retumbaba en mis oídos. El estropicio mental argentino me hacía
creer que todos tenían sobre los hombros un balón de fútbol en lugar del macizo
cráneo facial. La cosa no tenía remedio, porque con la profilaxis social en
nuestro país ocurre como con el papel higiénico: se dan cuenta de que falta una
vez que han hecho la cagada.
Dante Panzeri había fallecido en abril de ese mismo año, antes del inicio del
certamen y dijo dos años antes estas palabra premonitoras: “Todos los orígenes
doméstico - infantiles de nuestros acostumbramientos a vivir afanándonos a
nosotros mismos determinan que queramos hacer el mundial ’78, aún a sabiendas
de que nos va a ir muy mal, especialmente si lo ganamos, porque lo vamos a
ganar al estilo del Martín Fierro y el viejo Vizcacha, o de Bailoreto y el pibe
cabeza, delincuentes comunes con los que ya tenemos fabricado el mito de la
“delincuencia bondadosa”, que también apoya el acostumbramiento nacional a
afanarnos a nosotros mismos”.
Por esta y muchas otras críticas más Panzeri fue
ganándose la desconsideración más atroz, vituperado con agravios e insultos
violentos hasta pretender reducirlo a un hombre que daba “lástima”, en todo el
país nadie se plantó ni se animó a defenderlo. No hacía falta tener poder ni
pertenecer a algún portaaviones de la prensa como El Gráfico o El Clarín.
Esta guerra que les hizo Dante al poder militar y al fútbol no se hace con
barquitos de papel. El sí tenía un arma mortífera: su enorme capacidad.
Una vez considerada persona no grata, fui a la cancha de Talleres y antes de ingresar a la misma, me llovieron desde la tribuna vasos de plástico con orina... Agravios de toda índole, insultos, vejaciones, etc. Fue un momento muy duro para mi, pero aún así me dejaron entrar, TRIUNFANDO COMO PERIODISTA Y SIGUIENDO CON MIS IDEALES INTACTOS.
No conocía el episodio. Un fantástico relato, fiel a su estilo. Un gran abrazo cargado de admiración sincera
ResponderEliminarImpresionante, gracias por compartirlo. Este tipo de relatos hace que tomemos más certezas sobre lo que vivimos durante aquellas décadas, porque las voces no son cualesquiera, son aquellas legítimas, verdaderas de entonces y de ahora. De nuevo gracias
ResponderEliminarGracias a los dos por tan bonitas palabras que me han dedicado.
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