Esta
mujer que me dedicó esas líneas era una poetisa de barrio de Córdoba, ya
fallecida, muerta casi en la indigencia y el desamparo total. Ella está viva
dentro mío. Se llamaba Raquel de Reyes y creía en la gente. Es una de mis
riquezas.
EL RETRATO DE...
Quisiera
decirle: "¡qué tipo macanudo es usted!".
Decírselo de frente, verbalmente, pero no puedo. Estoy inhibida.
Es que
resulta más fácil insultar a una persona que decirle cuánto lugar fue capaz de
ganar en el terreno de nuestro afecto, por temor de que nuestras palabras sean
confundidas con elogio, o lo que sería peor, con la servil adulación.
Está hecho para dar, DAR, DARSE... única consigna del AMOR VERDADERO hacia la humanidad.
Para él,
la vida es un juego equilibrado donde danzan el trabajo, el deber, lo cotidiano
(que con su sutil inteligencia tiñe de humor, para quitarle ese no sé qué de
grisáceo que tiene a veces lo cotidiano, que por ser repetido suele
abrumarnos). Y esos "diez minutos buenos que tiene la vida" (como
denomina él a ese salirse un rato de la realidad y meterse en la fantasía).
Lo
presiento humano. Lo siento humano. HUMANO (con mayúscula). Se expresa por
medio de su profesión, ésa que eligió.
Sobre
todo, esa voz, suave y sugestiva, a la que me animó a denominar "VOZ CON
MÚSICA"...
Lo
experimenté en mi misma, y espié cómo trata a los demás seres humanos. Sé que
no es una máscara, que él goza con ser así y cosecha a mares por ser así. Por
el agradecimiento mudo que lee en los ojos de los pobres, a los que diariamente
trata.
Ese haber ascendido en el espiral esotérico de colores
superiores, que lo hace flotar por sobre el absurdo, las pequeñeces de los
necios, los chatos convencionalismos.
Ese
aceptar a la gente como es, con sus errores y aberraciones, sin pretender
cambiarles.
Pero yo sé que no sería capaz de ser amigo de los
malditos. De los locos, sí, pero no de los destructivos conscientes, que no
saben dar, sino destruir. De los
neuras, sí, porque su intuición aguda le hace adivinar, tras un gesto, un
rictus, o a veces un pliegue demasiado marcado sobre una boca, cuánto pudo
haber llorado (hombre o mujer), ese ser humano que en este momento está sentado
frente a él.
Lo que más aprecio de él es ese hacerlo todo, cualquier
gesto, cualquier acto por pequeño o grande que sea, sin marcarlo con la
solemnidad. Como por
ejemplo: invitar a la señora que limpia el consultorio a tomar una cerveza en
un negocio del barrio. Eso sólo lo haría un político que está buscando votos
para trepar a gobernador o presidente de estado. Pero él no busca nada de todo
eso. Todo lo hace de la manera más natural del mundo. Quizás la charla de la
viejecita le gustó y quiso demostrarle su estima, compartiendo con ella una
cerveza.
Hoy llueve, estoy contenta. Tengo un amigo nuevo y rico,
rico por dentro, claro está...
Entonces, como no sabría decirle de frente cuánto le
aprecio, lo que pienso de él, he tratado de hacer su retrato, un poco
torpemente quizás...Ustedes
habrán adivinado ya que se trata del retrato del Dr. Rodríguez, el dentista
nuevo que tuvo la suerte de obtener nuestro barrio.
Escrito por: Raquel de Reyes. '78
Como escribes Negrito, realmente haces sentir , tus miedos, tus dudas, el frío que sentistes cuando dejastes la tierra como miles de Argentinos y Chilenos, éramos los refugiados de la época , arrancábamos de la dictadura , y queriamos darles a nuestros hijos la libertad , como dijo un pasajero del Winnepeg el Barco de la Esperanza , que llevaron a Chile a 2.500 españoles arrancando de los campos de concentración y de una muerte segura , por ser contrarios a la dictadura de Franco ,"LA TIERRA ES TIERRA, LA PATRIA ES LA LIBERTAD"nosotros tuvimos que dejar la tierra, pero aquí encontramos la Libertad para darles a nuestros hijos una vida digna , Que suerte he tenido de conocer a un hombre , amigo fiel a sus amigos , u hombre sencillo con un corazón de oro. Te queremos Negrito y te llevamos en nuestro corazón hermano Un abrazo largo y fuerte como nuestro Chilito. "Carita de luna llena" , ya sabes quien soy
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