RASTREANDO RECUERDOS.
Gonio Ferrari
Ante la muerte de
un reportero gráfico muy querido de Córdoba, Gonio Ferrari le dedicó unas
emotivas palabras en Facebook:
- Gran profesional y buena persona ------------------------
PARTIÓ SIN REGRESO UNO DE MIS AMIGOS, EL QUERIDO FOTÓGRAFO “CABEZÓN” CARRANZA
Cuando a uno se le desprende un pedazo de su memoria por los momentos compartidos, la cascada de recuerdos a veces supera a lo lacerante del dolor por haberlo perdido sin regreso, porque en verdad los recuerdos a veces son un tapón para las lágrimas y ayudan a despertar sonrisas si evocamos momentos gratos.
Fueron muchas las horas que me tocó compartir con Pedro René “El Cabezón” Carranza, fotógrafo autodidacta que encaró esa profesión dejando otros menesteres menos artísticos y creativos como lo eran pasar la escoba, limpiar los escritorios y rodearse de papeles ya inservibles hasta quedar casi tapado por ellos.
Era un niño grandote, inocentón, por momentos cándido y quienes lo conocíamos de cerca, advertíamos en su personalidad un dejo de vívida humildad pero un enorme sentido del compromiso profesional, a la hora de exponer el cuero; de hacer un paso más adelante desafiando al peligro y cuando lo superaba, su risa ancha y sonora era un canto al triunfo; a la satisfacción por el deber cumplido; por la imagen lograda.
Compañeros de trabajo en La Voz del Interior nos tocó entre otras tareas vivir codo a codo las horas y los lugares más bravos durante el Cordobazo y el Cabezón jamás se rindió al sueño, al cansancio o al riesgo que lo balearan desde una vereda o desde la otra, donde los soldaditos inexperientes y sus fusiles temblaban de incertidumbre, de miedo y de sorpresa.
El destino con los años nos separó en cuanto a proximidad pero los afectos a veces se fortalecen con las distancias, cuando la amistad ha sido puesta a prueba en ocasiones críticas, o en circunstancias difíciles donde los pasos atrás están vedados por la propia responsabilidad de cada uno en cumplir con la tarea encomendada.
Apasionado por la cámara fotográfica, pasó a ser parte de su cuerpo integrado en la cerrada penumbra del cuarto oscuro, las cubetas, la ampliadora, los líquidos, las pinzas y los papeles donde plasmaba cada instante que robaba su objetivo inquieto, curioso e irrenunciable.
Hace pocas horas, Pedro René “El Cabezón” Carranza partió, adelantándose en el camino que todos inexorablemente vamos a recorrer.
Cuando nos abrazamos la última vez, dos meses atrás y lo saludé como cualquier día, el obturador de su amistad me hizo el último click, que ahora atesoro como la mejor toma que le haya visto hacer.
PARTIÓ SIN REGRESO UNO DE MIS AMIGOS, EL QUERIDO FOTÓGRAFO “CABEZÓN” CARRANZA
Cuando a uno se le desprende un pedazo de su memoria por los momentos compartidos, la cascada de recuerdos a veces supera a lo lacerante del dolor por haberlo perdido sin regreso, porque en verdad los recuerdos a veces son un tapón para las lágrimas y ayudan a despertar sonrisas si evocamos momentos gratos.
Fueron muchas las horas que me tocó compartir con Pedro René “El Cabezón” Carranza, fotógrafo autodidacta que encaró esa profesión dejando otros menesteres menos artísticos y creativos como lo eran pasar la escoba, limpiar los escritorios y rodearse de papeles ya inservibles hasta quedar casi tapado por ellos.
Era un niño grandote, inocentón, por momentos cándido y quienes lo conocíamos de cerca, advertíamos en su personalidad un dejo de vívida humildad pero un enorme sentido del compromiso profesional, a la hora de exponer el cuero; de hacer un paso más adelante desafiando al peligro y cuando lo superaba, su risa ancha y sonora era un canto al triunfo; a la satisfacción por el deber cumplido; por la imagen lograda.
Compañeros de trabajo en La Voz del Interior nos tocó entre otras tareas vivir codo a codo las horas y los lugares más bravos durante el Cordobazo y el Cabezón jamás se rindió al sueño, al cansancio o al riesgo que lo balearan desde una vereda o desde la otra, donde los soldaditos inexperientes y sus fusiles temblaban de incertidumbre, de miedo y de sorpresa.
El destino con los años nos separó en cuanto a proximidad pero los afectos a veces se fortalecen con las distancias, cuando la amistad ha sido puesta a prueba en ocasiones críticas, o en circunstancias difíciles donde los pasos atrás están vedados por la propia responsabilidad de cada uno en cumplir con la tarea encomendada.
Apasionado por la cámara fotográfica, pasó a ser parte de su cuerpo integrado en la cerrada penumbra del cuarto oscuro, las cubetas, la ampliadora, los líquidos, las pinzas y los papeles donde plasmaba cada instante que robaba su objetivo inquieto, curioso e irrenunciable.
Hace pocas horas, Pedro René “El Cabezón” Carranza partió, adelantándose en el camino que todos inexorablemente vamos a recorrer.
Cuando nos abrazamos la última vez, dos meses atrás y lo saludé como cualquier día, el obturador de su amistad me hizo el último click, que ahora atesoro como la mejor toma que le haya visto hacer.
Gonio Ferrari
A lo que yo le contesté motivado por tan sentidas
palabras:
- Estimado Gonio, no pude compartir vivencias, con el amigo
carranza, pero tu pincelada de homenaje a este hombre, pinta su vida...su
sonrisa y su mano en tu hombro, es como la síntesis del cariño verdadero, como
si la foto la haya enfocado él, atrapando tu mirada nostalgiosa, y vos Gonio
inspirado con tu prosa magistral, le retrataste el interior limpio y simple como
dos líquidos insustituibles de la época lírica, revelador y fijador, donde se
era o positivo o negativo. Sin dobleces, como vuestra amistad.
Y lo que me
respondió, con su más sincero afecto, me acabó de emocionar y es por eso que lo
quiero compartir con ustedes:
- José A.R. El Negrito: No es mi
intención devolver flores, pero en mis tiempos en que comentaba rugby tanto en La Voz como en Radio Municipal,
me llamaba la atención esa creatividad poético-deportiva que era tu ADN
periodístico. Las ocurrencias "repentizadas" y una enorme capacidad
descriptiva en el vértigo de una gambeta, diferenciaban la calidad de esos
comentarios con los del resto, todos respetables pero distintos y casi
previsibles. Agradezco tus conceptos, que son como para ponerlos en un cuadrito
y colgármelo en el alma. ¡Un abrazo fraternal, supongo que a la distancia
transoceánica!
Gracias,
Gonio, hoy mi blog, encendido de Ego, va en especial para vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario