viernes, 23 de octubre de 2015

Homenaje para uno que sabe (Tito Cava)

Tito Cava

Homenaje para uno que sabe 




Anda por las noches, nadie sabe que se canso de buscar a dios... 

Se pone sus ojeras postorgasmicas y sale sin rumbo, con su olfato cosmologico, buscando la cruz del sur a repartir boleros, zambas, tangos y milongas... 

Lo inventaron picarescos duendes que se reunen en locales para las almas cultas y sensibles y que es un poco refugio de los braguetas sin fronteras. 

Mas tarde se va encendido de candiles... 
Cuando la madrugada se pone su vestido de color violeta... De su brazo, se cuelga la tita merello, que le chamuya aquello de "vamos siguiendo la cuesta, y ARRIBA LA ORQUESTA...".

 Luego monta soberbio su cordaje y es entonces que se atreve a llamar al corazón de las pebetas, con cuidado!!! 
Sabe que mataron al sabio, por saber demasiado...  

En el hueco de la guitarra lleva grapa y ruda macho pa' la pachamama... El pajarito garcia le invita con un guiño, desde su nube de humo... 

ETERNO ENAMORADO. Lider de noctivagos sacrilegos... 
VAMOS SIGUIENDO LA CUESTA!!!!



José Ademan Rodriguez. Enero 2016

jueves, 15 de octubre de 2015

Fue el zurdo más derecho que conoció Córdoba

Fue el zurdo más derecho que conoció Córdoba


"Cuando vo te mueraí, y el diablo te mande a comprá carbon, io te vuá a esperá en el borde de una nube y no' piramo junto"











Se imaginan Uds. un tipo que llega al aeropuerto de Barajas en Madrid y ante la mirada inquisidora de los agentes de aduana que le preguntan cual es el motivo de su viaje a España, les dice: "Vengo a chupá!"
- "Ah bueno, pase señor" le respondió con toda solemnidad el el agente, devolviéndole su pasaporte.  Esa anécdota le pinta a Héctor Vicente Rivadero alias el Zurdo, tal cual era, uno de los cordobeses más singulares, talentosos y sabio, emblema del área peatonal (y que ya van a hacer dos años que nos dejó).

Todavía no sabemos bien como fue el desenlace: si le salió mal la broma de jugar a morir, agitando las manos como alitas o si en un descuido se le escapó la vida por el agujerito de su garganta operada... o si se le gastó el corazón de tanto usarlo... o si como buen cabulero, se le cayó la chirola que hacía rodar sobre la mesa del bar Bon-Q-Bon... o si en el último round de su vida, el viejo gong del Córdoba Sport Club, se negó a sonar para salvarle. ¿O Diós se despistó? Vaya a saber. Es que el Señor no da razones cuando prepara las tormentas y los viajes al otro barrio. Y eso que era muy creyente el zurdito ya que Santos Vega era su santo favorito...
Pero ni las musas de la madrugada acudieron para ayudarle. Dicen que el olvido son esos hierbajos que crecen cerca de las tumbas y el zurdo aún camina con nuestros pasos pero al irse, muchos interrogantes que nos plantea la vida se quedaron sin respuesta. Sin él, cuesta inventar recuerdos nuevos, porque era la sorpresa permanente.

Somos el tiempo que nos queda. Hemos logrado nuestro objetivo: llegar a viejos. Con sus dos recursos compensatorios, comer y recordar. Si el temor nos golpea las puertas, el Zurdo, abría las ventanas para que entre la luz y la música. Fue un renovador, alquimista de lo insólito. Se nos fue antes, pero le advirtió al Negro Adéman: "Cuando vo te mueraí, y el diablo te mande a comprá carbon, io te vuá a esperá en el borde de una nube y no' piramo junto". Premonitorio...
Se conformó siempre con lo que la vida le dio. Siempre  fiel a su Talleres, el de la "Wanora", y del Daniel y a Alfredo D'Angelis. Su heladera atada con un cable, siempre repleta, con un pollo y decenas de porrones. En su pieza, adosado a la pared, un corpiño promiscuo, una foto con el gordo Troilo y el retrato de la Rosa, su "liona". Esa piecita era del tamaño de su humildad y nos permite imaginar lo feliz que se halla el hornero con su casita de barro, dónde nunca buscará camas que no son el olor a ajo y perejil! Cuando en un hogar falta ese olor. el marido buscará camas que no son las suyas. El zurdo recreaba una familia para los solitarios. Todavía está rondando en el cielo de acuarelas del patio-jardín del Negro Taborda, donde, a la enanita de yeso se le cayó la pintura esperando su beso de despedida.



Fue un adelantado. Se iba todos los inviernos a Barcelona, cuando el parque olía a resina mal quemada... a buscar el sol para dorarles el alma a los que se olvidaron de la risa, siempre pregonando su fe pagana... sin gritarla. Ya de por sí sabía, sin libros de auto-ayuda, porque no conocía el estrés ni el temor al mañana, así naturalmente. Ya nació sabio. Jamás, nada ni nadie le iba a quitar el sueño. No tenía preocupaciones ni remordimientos, como algunos que se mandan cagadas y luego no pueden dormir. Y cuando no podía pegar ojo, era por la preocupación que sentía por un amigo al que le ocurría algo! Porque si le tocaba a él, ya sabía cómo afrontarlo. Eso es amor. No la relación de pareja ni cosa por el estilo, que después dicen "se me fue el amor". A él, nunca se le fue el amor! Porque el amor era parte de él. Pues así como es el hombre el que pertenece a la tierra y no la tierra al hombre.
Amor para el zurdito era dibujar a Dios con sombrero y bigotes en los cuadernos de los niños.
Amor era soltarnos los muñequitos que todos llevamos dentro.

Fue un libre pensador, transgresor y subversivo a las costumbres. La valentía es la religión donde nació. Hombre total que a pesar de su estatura sabía llevar bien altas sus lágrimas. Él solito se las rebuscaba en el rincón de un silbido. A eso de las seis de la madrugada, las almas sensibles aún escuchaban su chiflido "shshttt shshttt".
Aprendió a leer en la cara de los demás con sus ojitos de adivinar intenciones viejas. Dicen que amaestraba a los gorriones para que canten en las ventanas de los enfermos sentimentales. Enseñaba a bailar a los que andamos con el paso cambiado. Era el lujo bailar con el Zurdo. Las señoras se sentían Ginger Rogers en brazos de Fred Astreid.

Fue demasiado niño para crecer y demasiado sabio para ponerse triste. No fue un vendedor de lotería, fue un mago bailarín con billetes de la suerte (y nos dio la suerte de conocerle a él).
Se inventaba un circo para divertir a los aburridos y era un surtido de alegría desde la perspectiva del dolor. Dicen las almas sensibles que a la hora del canto de los grillos, cuando los pájaros del parque Sarmiento comienzan a volar bajo, lo vieron montado en un poney de calesita, con un birrete de papel de diario en la cabeza, una cerveza en la mano y un criollo en el bolsillo liderando una pandilla de niños; remontó el vuelo en la Avenida del Dante para enseñarles el camino de las estrellas, y donde regalarle unos billetes a Dios por si éste quiere seguir jugando con la suerte de los mortales. 


PD: 
El próximo día de los enamorados de la vida, a las 9 en la esquina del Bon-Q-Bon pasarán el Beto y Ademan, abrígate Zurdito que hace frío. Luján te estará esperando para rehidratarte con cervezas por si te falta metabolismo... Aún te sigue esperando, haciendo cábalas en las mesas, descifrando los arcanos del 40', interrogando nuevas barajas y engatusando con ecos de latín motserratino instalado entre la Sorbona y Salamanca.

Anexo: 
Estando en Barcelona en Julio del 2006, el Zurdo se sensibilizó con un amigo francés después de la derrota de Francia frente a Italia, en los penales de la final del último mundual de fútbol. ahí está una copia manuscrita que le hizo con el corazón.




José Ademan Rodríguez. 2006



MADRUGADA



MADRUGADA


Con la puntualidad de todos los días,
como hace milenios en su cosmogónica soledad,
Dios se puso a tender y secar las nubes
luego de graduar la intensidad del sol
jueves de madrugada…
Silencio letal sobre el golfo,
en blancas alfombras del cielo
se posan los tenebrosos pajarracos preadodres
con sus garfios anglosajones y sus voraces picos semitas.

Cortejo de halcones y señores de la guerra
extienden enormes sus alas.
Son los hijos del trueno y del rayo,
apuntan a las entrañas del oriente y occidente.

Pastores de búfalos,
simios abyectos de escafandra,
asaltantes de la luna,
asesinos de presidentes,
comerciantes de armas,
dueños del oro y del becerro,
dispuestos a acribillar la inmortalidad del alma,
a pulverizar las utopías
y la dulce elipse de la gaviota, ignorante del radar,

¡Y que no se frote más la lámpara!
Judas será el mesías.

Se acuñarán monedas con la sangre de los miserables.
¡Tristeza de mendigar pan en época de conquistadores de estrellas!
Jueves de madrugada…

Ya se va el sol al poniente
dejando su bermeja pincelada en la Cisjordania, como  un presagio.

Un hombre lleva fruta a su familia
y un niño aún juega a la pelota en las afueras de Bagdad.

La Europa senil y sub-arrodillada,
con su séquito de miedo,
solo glorifica el gesto prepotente de la bestia metálica.

Nada vale ya,
ni el clamor de sus muchedumbres en en la calle
ni el susurro del Papa.
Son voces vencidas ante el despojo.
No es tiempo de profetas ni poetas
la piedad no tiene ni la certeza ni la velocidad de la luz y el misil.

El chorro negro derrotó al brote de la espiga,
las lágrimas perdieron su prestigio,
la sirena reemplazó al balido.

Mudo está el verbo del amor;
¡Hasta Dios está espantado de su invento!
Entre el Èufrates y el Tigris nos puso el paraíso bíblico
jamás se supo quién inventó el pecado
“Padre nuestro que estás…”
La tormenta del desierto se llevó las plegarias.
Un jueves de madrugada…

Texto escrito por José Ademan Rodríguez la madrugada del jueves que empezó la Guerra de Iraq.