viernes, 5 de octubre de 2018

-¿ME ESTAS HABLANDO A MI?? ...HAY QUE CORTAR POR LO SANO.


 -¿ME ESTAS HABLANDO A MI?? ...HAY QUE CORTAR POR LO SANO.


     ATENCIÓN  
    "Este escrito puede herir la sensibilidad de personas que dignifican su profesión y la revisten de una etica intachable, y una moral que los enaltece. 
       Mis disculpas a todas ellas pero... es mi opinión."

Una vez quise estudiar abogacia. Me compré los apuntes de "Derecho I" incluso, pero cuando me percaté que tenía que estudiar latín, se me estrujaron los huevos de la desilusión... y lo dejé.. jamás pisé la Facultad de Derecho.

Y ,como es obvio, no estudié para juez, por ello no entiendo un carajo de sentencias, y todos sus bemoles. 

Por ejemplo, en España han agotado la dialéctica para tratar el tema de la prisión permanente revisable, según la lupa ideológica de los que son llamados políticos. Todo entonces se transforma en un quilombo, de teorías y pareceres que dependen del color del cristal con que se mira. 

El tema del delito es delicado, crímenes ejecutados con salvajismo y total premeditación, alevosía y toda la carga de perversidad que solamente el ser humano puede albergar en su seno y así desfilan terroristas, violadores de niños, asesinos, secuestradores, atracadores. Aclaro que estoy totalmente de acuerdo con la pena de muerte ante monstruosidades que tengan que ver con gente inocente como los niños por ejemplo, como las que se oyen en las noticias o se leen en los diarios.

Y a la pericia de los psicólogos, gran ayuda para el abogado defensor de estos hijos de puta.

Un ejemplo claro de mentes perturbadas, y no necesariamente tiene que ser de un adulto, es el caso que se remonta a 1993 cuando dos niños de 10 años secuestraron a un niño de 2 años de un centro comercial, donde estaba con su madre y lo llevaron a unas vias de tren donde lo torturaron hasta morir. No les doy más detalles porque es un caso que me afectó profundamente por la crueldad y morbosidad de la noticia.  

  

Debido a los escalofriantes detalles de este homicidio, se desplegó un operativo policial nunca antes visto en el país, donde Scotland Yard puso a disposición a cientos de efectivos a fin de capturar a los criminales.

 













Una vez arrestados, Robert Thompson y Jon Venables fueron tratados como mayores de edad por la prensa y la opinión pública, por lo que no tuvieron oportunidad de defenderse.
Tras el mediático juicio, ambos niños reconocieron el brutal crimen –pero no mostraron signos de arrepentimiento– y fueron condenados a prisión hasta que cumplieran la mayoría de edad.
En la cárcel fueron separados, controlados bajo estrictas medidas de seguridad y con la constante atención de un equipo de especialistas para su rehabilitación.
 Finalmente en 2001 y pese a las protestas de Denise Fergus, madre de James y miles de ciudadanos británicos, Robert Thompson y Jon Venables obtuvieron la libertad condicional, ya que se aseguró que estaban rehabilitados.

Sin embargo a mediados de 2010 se dio a conocer que uno de ellos, Jon Venables, fue nuevamente enviado a prisión por violar la libertad condicional y almacenar pornografía infantil.

  
Este es un claro ejemplo que la justicia no valora en toda su dimensión. 
La gente que comete un crimen nunca se rehabilita del todo por mucho que la gente adopte gestos de solidaridad. 

 Otro claro caso de violencia que me marcó profundamente por la frialdad de los asesinos fue el de Miguel Blanco.

  Fué un concejal de su ayuntamiento y músico, que por una canallada del destino fué el objetivo de ETA. Sólo tenía 19 años y toda una vida por delante.
El 10 de julio del 1997 fue secuestrado por ETA que exigieron el acercamiento de esa organización terrorista a las cárceles del País Vasco.  Ante la negativa del Gobierno, la tarde del día 12 fue tiroteado en un descampado y entregado moribundo a sus familiares hasta que murió en la madrugada del día 13 del mismo mes.

 



Su secuestro y asesinato provocaron un sentimiento social de rechazo hacia ETA en grandes sectores de la ciudadanía





Perdón por recordar a estos auténticos hijos de puta



No soy hombre dado a la violencia, pero a veces me gustaría parecerme a cierto mariscal apellidado igual que yo, Rodríguez. Se cuenta que, estando en su lecho de muerte, el dominico que le confesaba le urgió a que perdonara a todos sus enemigos, pero el mariscal le respondió que no tenía ninguno; ante la insistencia del dominico, que le decía que todos tenemos enemigos, el mariscal le contestó: "No tengo enemigos, los he fusilado a todos". 

Yo también tuve una irrefrenable predisposición a apretar el gatillo… Como todos, ¿no? Pero en un parque de diversiones: tirar tiros para reventar globos y voltear patos de plástico para ser asesino. 

 

Aunque a veces querría ser un asesino en serio y en serie, como Robert DeNiro en Taxi Driver , yo sería Joseph de Nigger.   






A ver,... ¿cuántos niños albergan en su interior a un asesino, mientras juegan a videojuegos violentos? ¿ O matando marcianitos?...

Sublime encanto me daría matar a varios políticos, asesinos, violadores, delincuentes económicos como los de Gescartera, Gürtel o saqueadores de Bankia o La Caixa como algún clan que todos conocemos a la cabeza, que todavía siguen en libertad, pero matarlos previo sufrimiento con macabra alevosía, con jeringazos en los ojos, tajearlos con cuchillos y exponerlos al sol con estacas, a los que secuestran niños, los zaparrastrosos que gritan en la noche y queman containers y varías discotecas con personal y todo, a esos los rociaría con gasolina, con la misma medicina con que unos desalmados niños pijos del barrio de San Gervasi quemaron viva a una anciana indigente sin ningún miramiento, que estaba refugiada en una sucursal bancaria para protegerse del frío. 
Malo es que mueran uno o dos adolescentes para que se alarmen los de la prensa y la telebasura, tendrían que morir un centenar, con éxtasis o cualquier cóctel, para que se den cuenta de una buena vez que hay que cerrar las discotecas. 

 Y no me afecta animicamente cuando escucho que se han matado haciendo balconing en Mallorca los descerebrados jovenes ingleses, esos ejemplos suicidas son una peste que se contagia.

 Tengo clarito que jamás sería pacifista, suicida sí, aunque... jodido asunto lo de ser suicida o jugador de ruleta rusa: hay que tener sangre fría, ser cobarde de sangre caliente, también, y traumado, quién lo sabe. Esto del dedo y el gatillo… Un dueto más peligroso que el Dúo Pimpinela, que amenazan matarse en cada canción.

 Reitero mis excusas si alguién se ha sentido ofendido por mi opinión